02 agosto 2013

POV Daemon (Obsidian): Escena del laptop

Jennifer subió la escena del laptop de Obsidian desde el POV de Daemon. Os lo he traducido y he puesto el vídeo de la escena. Espero que os guste ;)

EL VIDEO (por alguna razón no puedo ponerlo aquí)

Kat estaba a dos segundos de perderlo, y me encantaba. Sus manos se cerraron en puños diminutos. "¿Como qué?

"Bueno, los saltos en tijera... durante una hora o así deberían funcionar." Estaba solo medio en serio cuando lo sugerí, pero entonces mi mirada se fijo en la parte delantera de su camiseta. De repente, lo único que quería era verla dar saltos alrededor. "Tal vez te gustaría cambiarte antes."

Ella tomó una respiración profunda. "No voy a saltar durante una hora."

Y eso era una lástima. Carmesí tiñó las puntas de sus mejillas. Una clara señal de que estaba enfadada. No podía controlarme a mí mismo. "Puedes correr alrededor de la casa, subiendo y bajando las escalera." La miré a los ojos y sonreí. "Tan bien podríamos tener sexo. He oído que se usa un montón de energía."

Su boca cayó abierta. "Eso no pasará ni en un millón de años, amigo." Ella dio un paso adelante, levantando su dedo índice hacia mí. "Ni aunque fueses el último-espera, no puedo decir el último humano en la Tierra."

"Gatita," murmuré.

"No aunque fueses la última cosa parecida a un humano en este lado de la Tierra. ¿Lo pillas? ¿Capiche?"

Eché mi cabeza a un lado y sonreí. Ella estaba teniendo una buena racha. Ojos brillantes y cara enrojecida. Una parte de mí odiaba admitirlo, pero ella estaba magnífica cuando estaba así. Increíblemente magnífica.

"No estoy ni siquiera atraída hacia ti. Ni un poco. Eres-"

Estaba en su cara antes de que tuviera tiempo para pestañear. "¿Soy qué?"

"Ignorante," dijo, dando un paso atrás.

"¿Y?" igualé sus pasos, obligado. ¿Obligado por qué? No lo sabía.

"Arrogante. Controlador." Ella dio otro paso atrás, pero no dejé que se alejase. Oh no, estaba cerca de su cara, compartiendo el mismo aire. "Y eres ... eres un idiota."

"Oh, estoy seguro de que puedes hacerlo mejor, Gatita." Y sabía que podía. Kat tenía una buena boca. Hablando de ella, mi mirada cayó. Sus labios se abrieron. Mierda. "Porque realmente dudo que no te sientas atraída por mí."

Ella se rió-el sonido bajo y ronco. Sexy. "Estoy totalmente no atraída por ti."

Di otro paso más y su espalda se pegó a la pared. Mirándola, creo que me había olvidado de forzar a mis pulmones a inhalar aire. "Estás mintiendo."

"Y eres un creído." Se humedeció los labios, y energía pasó por todo mi cuerpo. "Tú sabes, toda la cosa de la arrogancia que he mencionado. Nada atractivo."

Hombre, ella estaba tan llena de eso. Ella decía cualquier cosa por seguir discutiendo. Poniendo mis manos en cada lado de su cabeza, bajé, mi boca tan cerca de la suya que casi podía saborearla. Apostaba que sus labios serían dulces. Más como una de esas rojas bolas de caramelo picantes. 

Realmente, realmente me gustaban esos caramelos.

"Siempre que mientes tus mejillas se ponen rojas."

"No-oh," dijo.

Deslicé mis manos por la pared hasta llegar a su cintura. "Apuesto a que piensas en mí todo el tiempo. Sin parar." Tanto como yo pensaba en ella, que era... sin parar, así que parecía justo y bien que ella hiciera lo mismo.

"Estás loco." Se apretó contra la pared, su pecho subiendo y bajando bruscamente.

"Seguramente sueñas conmigo y todo." Mi mirada cayó a sus labios otra vez. Bola de fuego... "Apuesto a que escribes mi nombre en tus cuadernos, una y otra vez, con un pequeño corazón alrededor."

Ella se echó a reír con un sonido sin aliento. "En tus sueños, Daemon. Eres la última persona con la que-"

Harto de discutir, la besé... solo para callarla. Y sí, me decía eso a mí mismo. Solo mantenerme en esa línea de pensamientos. Pero el momento en el que nuestros labios se juntaron, un estremecimiento paso por mi cuerpo y medio gruñí, medio gemí. Porque tenía razón-como una caliente bola de fuego del infierno.

Kat no estaba discutiendo más. No, ella estaba temblando. Besarse ya no era necesario, pero luego ella se alejó de la pared, pegando su cuerpo al mío. Sus dedos se sumergieron en mi pelo y ella gimió contra mi boca. 

Esto ya no iba de callarla.

Algo se desquició en mí. Al igual que una cerradura que se había soltado. O una presa que se había reventado. O, demonios, era como ser golpeado por un rayo, atropellado por un camión y luego ser sorprendido de nuevo a la vida. Me estaba moviendo y haciendo sin realmente pensar.

Mis manos agarraron su cintura y la levanté. Sus piernas se envolvieron alrededor de mi cintura y ella me estaba besando de vuelta con una pasión que me había sobresaltado, y esperaba que ella no notase que mis manos estaban temblando. Demonios, todo mi cuerpo estaba temblando. Había fuego dentro de mí, y estaba fuera de control. A segundos de convertirme totalmente en Luxen, y ¿qué bien haría eso?

Aw demonios, no importaba. No cuando me presione contra ella y ella hizo este hermoso femenino sonido que realmente tenía mi sangre golpeando. Y podía sentirlo creciendo dentro de mí. Puro poder y no tenía ningún sitio a donde ir excepto fuera. Eso había estado construyéndose por meses. Tal vez siempre llevaría a esto.

Y entonces nos estábamos moviéndonos por la pared. Una lámpara se cayó al suelo. A Kat no pareció importarle, gracias a Dios, porque yo estaba lejos del punto en el que me importaba nada excepto lo que tenía en las manos. 

Kat.

Vagamente, era consciente de la tele encendiéndose y apagándose. Traté de frenarlo, pero sus manos fueron a debajo de mis manos y estaban moviéndose hacia abajo, tirando de la camiseta. Yo sólo podía obedecer a su orden silenciosa. Me aparté y dejé que me quitase la camiseta.

Yo casi le dejaría hacer cualquier cosa que quisiera a este punto. Daba un poco de miedo... pero era totalmente caliente. 

Capturé sus mejillas, empujándola otra vez hacia mi boca hambrienta. Hombre, no podía tener suficiente de su sabor, o de como ella me devolvía todo en todos los frentes. Sus manos fueron al botón de mis vaqueros.

Hubo un sonido de quiebre en la casa. Como si algo hubiese empezado a arder. Pero luego nos estábamos moviendo al sofá, y estábamos encima de él, tirando de las ropas del otro. Nuestros caderas estaban pegadas la una a la otra, al igual que nuestros labios.

Kat susurró mi nombre, y me aplastaba contra ella un segundo sí y el siguiente también, estaba dando un momento para explorar-para mí, para explorar. Deslizando sobre su brazo, la parte delantera de su camiseta y más abajo, y su camiseta estaba fuera. No sabía como, pero ya no estaba.

"Tan preciosa", dije, porque ella era preciosa. Y luego la volví a besar. La besé hasta que sabía que ella tenía que respirar, reclamando su boca todo el tiempo que pude.

Mi cuerpo se hizo cargo por completo, rodando contra el suyo, pero algo más hizo clic dentro de mí. Otra puerta secreta se abrió. Bajé la velocidad, tomándome mi tiempo. Donde todo había sido tan frenético y enloquecido, ahora era más tierno y controlado.

Todavía estaba temblando, a punto de...

De no ser capaz de parar-no queriendo, necesitando más de ella de lo que debería.

Me calmé y forcé a mis pulmones a trabajar como los suyos. Inhalando jadeos que no eran suficientes, levanté mi cabeza y abrí los ojos. Sabía que estaban brillando, diciendo un millón de cosas que no podía decir y que ella nunca entendería. Probablemente tampoco querría oírlo.

Nuestras miradas se quedaron atrapadas. La mirada en sus ojos, la forma en la que su cuerpo se fundió en el mío, sabía que me dejaría hacer... lo que sea. Pero si no paraba ahora, no pararía nunca. Y a pesar de que yo era propenso a momentos de "gran idiotez", como Kat diría, no estaba bien. No en un maldito sofá. No cuando su vida estaba en mis manos.

Así que dije la única cosa que se me ocurrió. La única cosa que sabía que nos traería de vuelta a la fría, dura realidad.

Forcé mis labios a la media sonrisa que sabía que siempre entraba dentro de ella y dije, "Casi no estas brillando ahora."

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