29 julio 2013

Daemon y Katy comprando disfraces en Halloween

Jennifer escribió esta escena extra donde Daemon y Katy van a comprar disfraces, y como me encanta he decidido subirla al blog. Espero que os guste tanto como a mí.



"No pienso ponerme eso."

Los extraordinarios ojos verdes de Daemon, del color de la hierba, se movieron rápidamente de mi ceño fruncido al trozo de tela negro y rojo que sostenía en sus manos. "¿Qué tiene de malo?"

¿Necesitaba realmente deletreárselo? Sí. "Pues que apenas hay tela para cubrir mi estómago, no digamos cualquier otra parte de mi cuerpo."

"No veo ningún problema con eso."

Me crucé de brazos y elevé la mirada hacia él.

"¿Qué?" Una comisura de su labio se elevó a la vez que alzaba su otra mano. Dos orejas negras peludas estaban unidas a una diadema de diamantes falsos. "Viene con orejas y una cola muy mona. Un disfraz de gatita es perfecto para mi gatita."

Sacudiendo la cabeza, me di la vuelta hacia el perchero de disfraces de Halloween y empecé a moverme a través de una variada selección de modelitos de animales sexys. "No pienso ponerme nada que tenga cola." 

Me rodeó la cintura con un brazo y su aliento fue cálido contra mi cuello. "Creo que es el modelo perfecto."

Girando mi mejilla, contuve el aliento cuando sus labios me rozaron la mejilla. "O sea, que te parece bien que lleve puesto algo que deja mi culo y mis tetas fuera diciendo "Hola, ¿te apetece una taza de té?" a todo el mundo?"

Daemon se quedó de piedra.

Eché la cabeza hacia atrás, encontrando su mirada. Sus ojos se estrecharon y yo sonreí. "Eso pensaba. Sigamos."

Se quedó callado durante un segundo entero. Todo un récord mundial. "¿Qué te parece comprar sólo las orejas y ponértelas para mí? Más tarde."

Dándome la vuelta entre sus brazos, eché la cabeza hacia un lado. "¿Sólo las orejas?"

La sonrisa que apareció en su rostro era mitad reto y mitad pecado. "Sí. Sólo las orejas. Absolutamente nada más. Bueno... tal vez unos tacones, eso podría ser muy sexy. Puede ser tu propio truco o trato. Y te prometo una cosa, tengo un gran trato para ti."

Mi boca se abrió de golpe.

Y la de la anciana mujer que sostenía un disfraz de monja detrás de él. Aspiró aire con fuerza y murmuró "¡Pero bueno!"

Con la cara ardiendo de la vergüenza, le pegué en su pecho duro como la roca. "No te puedo llevar a ningún sitio."

Su risa profunda provocó un escalofrío por toda mi columna y después se inclinó, besándome en la mejilla. Corrí alrededor del perchero antes de convertirme en un charco de algo viscoso o de que empezáramos a enrollarnos delante de todo el mundo y de los disfraces del niño Jesús.

Divisando un sombrero de plástico morado y una bufanda esponjosa, los cogí de la percha y me di la vuelta. "¿Qué te parece esto para ti?"

Las cejas de Daemon se alzaron de golpe. "¿Un disfraz de chulo? ¿En serio?"

Riendo como una tonta, los dejé en la percha y saqué otro disfraz. "¿Qué te parece éste?"

"¿Un disfraz de sacerdote?"
"Bueno, tú eres muy pudoroso." 

"Ja, ja" Daemon tomó el disfraz de mi mano y volvió a colgarlo del perchero. "Creo que no hay nada... Espera, mira eso."

"¿Qué?" me di la vuelta, siguiendo su mirada. En una de las estanterías había una máscara con dos orejas de plástico de color carne unidas a una máscara con un lado marrón y otro blanco. Había dicho que no llevaría nada con orejas y cola, pero esto... oh, no, esto era muy diferente. "Oh, dulces bebés alienígenas, ¿eso es lo que creo que es?"

Daemon me rodeó y alzó los brazos, bajando el disfraz de la estantería. Los músculos esbeltos de su espalda se tensaron debajo de su camiseta negra, casi distrayéndome de lo que sostenía en sus manos. Caminé hasta llegar a su lado, dando palmadas como una foca fumada. Él intentaba no reírse. "Sí, creo que lo es. O tienes que hacer pis. Una cosa o la otra."

Ignoré lo que dijo, mis ojos fijos en el monísimo traje blanco con mangas marrones y un círculo de pelo marrón al final del dobladillo. Venía con calcetines blancos y ribetes marrones y todo.

"El disfraz oficial de Gizmo" dijo Daemon, leyendo la etiqueta. Se aclaró la garganta. "Discúlpame, el disfraz oficial sexy de Gizmo. Bueno, es algo perturbador. ¿Desde cuándo Gizmo es sexy?"

"Tengo que tenerlo" dije, moviendo mis dedos. "Dámelo."

Me lo alargó y yo lo sostuve contra mi pecho. Estaba a punto de salir corriendo como una loca hacia la caja registradora, cuando vi unas orejas verdes, de reptil, saliendo de detrás del disfraz de Gizmo.

Mis ojos se abrieron y me di la vuelta rápidamente hacia Daemon, sosteniendo el disfraz. Moviéndome rápidamente, saqué a Spike, el disfraz de Gremlin y se lo enseñé a Daemon. "Tienes que coger este. Podemos ser Gizmo y Spike. Y a ti te gusta Spike, ¿recuerdas? Dijiste que él era guay."

Considerando esto, estaba segura de que lo haría, seguramente con muchas quejas, pero acabaría haciéndolo, porque así era Daemon.

Él lo haría por mí.

Alzándome sobre las puntas de mis pies, le besé suavemente en los labios abiertos. "Gracias."

Sus ojos brillaron con un intenso color verde a medida que bajaba la cabeza, juntando su frente contra la mía. Cuando habló, sus labios rozaron los míos. "Me vas a deber una por esto."
"Tienes razón" sonreí, dando un paso atrás. Me di la vuelta, cogiendo las orejas negras peludas y poniéndome frente a él. "Compraré las orejas de gatita también."

Sus labios se abrieron. "¿Y sólo eso?"

"Sólo eso."

2 comentarios:

  1. Ish, quiero leerme este libro, no paro de ver críticas positivas y esta escena me ha encantado!
    Besos!

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    1. Yo adoro la saga, es una obra maestra. Me encanta la forma de escribir de Jennifer ^.^

      Estoy segura de que te encantara ;)

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Yo me tomo mi tiempo escribiendo las entradas, así que agradecería un montón que vosotros tomaseis un poco de vuestro tiempo para escribir algo: una opinión, un gracias, algo (siempre que sea respetuoso). Muchas gracias por leerme ^.^